jueves, 26 de septiembre de 2024

La cuestionada tradición de la circuncisión neonatal en los descendientes varones de la familia real británica

Monarquía británica
En las últimas décadas han aparecido continuas referencias en medios de comunicación y en el mundo digital especulando sobre la posible circuncisión realizada a los hijos varones de la familia real inglesa durante el periodo neonatal en relación con una supuesta tradición adquirida por la corona desde hace varias generaciones. Este debate alcanzó una gran intensidad con ocasión del nacimiento de Guillermo y Harry, hijos de los príncipes Carlos y Diana Spencer, en la década de los años 80 del siglo pasado. Más recientemente, con el nacimiento de George y Louis, hijos del actual príncipe heredero Guillermo y Kate Middleton, se ha vuelto a avivar la discusión sobre la existencia de esta posible tradición que para algunos proviene desde principios del siglo XVIII cuando el rey Jorge I la importó desde Hannover, lugar de su nacimiento. Sin embargo, el argumento más extendido sobre el origen de esta tradición la sitúa en el siglo XIX porque, al parecer, la reina Victoria estaba convencida que la familia real inglesa era descendiente directa del rey David de Israel. Es así como la reina decidió circuncidar a todos los varones de la familia real, hijos y nietos, siguiendo la costumbre ritual judía. Algunos autores mantienen que desde la época victoriana todos los miembros masculinos de la familia real han sido circuncidados. No obstante, se ha puesto en cuestión si a los hijos del actual rey del Reino Unido, como también a los hijos del actual príncipe de Gales, se le ha practicado este ritual alegando una posible oposición a seguir esta tradición por parte de sus padres.

La circuncisión neonatal comenzó a realizarse desde los inicios del siglo XX, fundamentalmente en familias acomodadas de los países anglosajones, aludiendo a razones higiénicas y médicas para prevención de determinadas enfermedades. Si bien esta práctica alcanzó más auge en EEUU también fue practicada ampliamente en el Reino Unido donde hasta un 20% de los niños recién nacidos de clases altas eran circuncidados en la década de 1950. Pero este proceder fue perdiendo popularidad en las familias británicas de forma progresiva desde los años 70 al considerarse un procedimiento innecesario, cuyos riesgos superaban a los pretendidos beneficios. Al hilo de estas tendencias surgidas en la sociedad inglesa durante el pasado siglo, las razones de la realeza británica para circuncidar a los hijos varones deben ser consideradas como producto de una decisión propiamente personal sin que obedezca a significados profundos, religiosos o a ritos arcaicos, sino basada en criterios exclusivamente higiénicos y médicos. No cabe interpretar, por tanto, ningún tipo de vínculo de la monarquía inglesa con la religión judía. Según el diario The Telegraph la circuncisión en la Casa Real británica “es una de las rarezas de la familia real, compartida por la mayoría de las clases altas inglesas, que durante muchas generaciones han circuncidado a sus hijos varones” y el hecho de que se utilice habitualmente un mohel para su realización, según este diario, no se debe ser atribuido a motivos religiosos.

lunes, 8 de julio de 2024

La circuncisión del príncipe de Asturias Alfonso de Borbón y Battenberg como reveladora del diagnóstico de hemofilia

Circuncisión y Hemofilia

El rey Alfonso XIII de España se casó el 31 de mayo de 1906 con Victoria Eugenia de Battenberg, La nueva reina, llamada familiarmente Ena, era nieta de la reina Victoria del Reino Unido e hija de la princesa Beatriz, hermana del entonces rey británico Eduardo VII. María Eugenia fue bien acogida por el pueblo español y preferida entre otras candidatas centroeuropeas. Su elección fue el resultado de un matrimonio por amor y por conveniencia diplomática, debido a su vinculación con la monarquía británica, aunque la dinastía Battenberg no era de las más ilustres dentro de esta amplia familia real.

El enlace con Victoria Eugenia, no obstante, suponía la sería amenaza para la transmisión de la hemofilia a sus descendientes. Por herencia de la reina Victoria, esta enfermedad había entrado en las casas reales de Hesse, Sajonia-Coburgo y Gotha, Románov y, por supuesto, también en la casa real británica. La hemofilia, una enfermedad de transmisión hereditaria que impide que se produzca la adecuada coagulación de la sangre, por aquel entonces tenía muy grave pronóstico por el riesgo de producirse una hemorragia masiva, incluso después de recibir un leve traumatismo, lo que suponía una continua amenaza para la vida del afectado. No se disponía de ningún tratamiento eficaz y, aunque generalmente se manifiesta clínicamente en los varones, las mujeres actúan como transmisoras de la enfermedad. En aquella época no era posible detectar la condición como portadora en la mujer, pero había indicios de sospecha en el caso de Ena ya que dos de sus tres hermanos eran hemofílicos. Se ha debatido mucho sobre si el rey tenía conocimiento o no del riesgo de la transmisión de esta enfermedad genética antes de contraer matrimonio con Victoria Eugenia. Casi todos los historiadores coinciden en que Alfonso XIII había sido debidamente informado sobre este problema. La infanta Eulalia de Borbón, tía del rey, aseguró que tenía plena información de este riesgo potencial. La reina madre, María Cristina, conocedora y consciente de esta circunstancia, intentó disuadir a su hijo sobre la conveniencia de este enlace para evitar problemas con la descendencia, pero nada pudo conseguir pues el rey estaba totalmente ensimismado con Ena.

lunes, 29 de abril de 2024

Disfunción sexual del rey Luis XVI de Francia. Posible resolución con la circuncisión

Luis XVI

Luis XVI nació el 23 de agosto de 1754 con el nombre de Luis Augusto. Fue rey de Francia entre 1774 y 1792 tras el fallecimiento de su abuelo Luis XV. Se había convertido en delfín de Francia por la muerte de su padre, Luis de Francia, y de sus dos hermanos mayores que le precedían en los derechos dinásticos. Fue el último monarca francés con poderes absolutos tras el triunfo de la Revolución Francesa. Con el propósito de aliarse con Austria para poner fin al poderío creciente de Gran Bretaña y Rusia, decide casarse el 16 de mayo de 1770 con María Antonieta, archiduquesa de Austria e hija menor de Francisco I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y la emperatriz María Teresa de Austria. La esposa del delfín fue rechazada desde el principio por la corte francesa, a la que dieron el apelativo de Perra austriaca. También se ganó gradualmente la antipatía del pueblo, que la acusaba de derrochadora, presumida, libertina y de influir a su marido en favor de los intereses austriacos, lo que le valió el mote de Madame Déficit y Loba austriaca. El matrimonio no fue consumado hasta siete años después de la boda, cuando la pareja ya había ascendido al trono, y este retraso fue relacionado con una posible fimosis que afectaba al rey, aunque también podía haber influido la inmadurez y falta de educación sexual de la jovencísima pareja. Otras posibles causas invocadas fueron una cierta aversión inicial de Luis hacia el sexo en consonancia con su personalidad apática y timorata favorecido, además, por una educación religiosa estricta y una infancia difícil, como también a la existencia de una disfunción eréctil por un posible hipogonadismo o diabetes mellitus. Después de varias consultas médicas y la recomendación de distintas medidas terapéuticas, entre las que incluye una posible circuncisión, se iniciaron por fin relaciones conyugales satisfactorias que tuvieron como resultado el nacimiento de cuatro hijos.

Luis XVI tuvo un reinado convulso debido al déficit económico acumulado por los dos reinados anteriores. El descontento social de las clases media y baja provocó una fuerte oposición a la aristocracia y a la monarquía absoluta, de la que Luis y su esposa se veían como representantes y símbolos de la tiranía del Antiguo Régimen. El aumento de las tensiones estuvo marcado por una serie de disturbios violentos en París, como la toma de la prisión de la Bastilla el 14 de julio de 1789, que obligaron al monarca a reconocer definitivamente la autoridad legislativa de la Asamblea Nacional revolucionaria. La popularidad del rey se deterioró progresivamente después del intento de huida del país en junio de 1791, con perspectivas de buscar apoyos en el extranjero, consumándose así cada vez más la posibilidad de deponer a los reyes y establecer un estado republicano.

martes, 19 de marzo de 2024

La circuncisión en la historia. Rito, religión y medicina

historia

La circuncisión es una intervención quirúrgica sencilla por medio de la cual se extrae total o parcialmente el prepucio, que es la porción del pene que recubre al glande. Se cree que la principal función del prepucio es la de proteger al glande de factores lesivos externos y también para mantenerlo constantemente lubricado para así facilitar el apareamiento y, en definitiva, la reproducción. Sin embargo, al paso de los tiempos, el uso de ropaje y el control del comportamiento sexual hicieron que el prepucio fuera visto como un repliegue redundante, sin utilidad, e incluso fuente de problemas. La práctica de la circuncisión ha estado ligada históricamente a distintas razones tanto médicas como higiénicas, religiosas, étnicas, culturales o sociales desde los albores de nuestra civilización hasta nuestros días. Sus indicaciones han ido variando a través del tiempo con el fin de favorecer o perturbar las relaciones sexuales, como ritual de sacrificio de sumisión o fertilidad a los dioses, como marca de identificación tribal, como paso de la adolescencia a la edad adulta, como signo de riqueza y prestigio social, como recordatorio de una determinada casta social, como un ritual de fertilidad para obtener buenas cosechas, como una forma de control social ejercido por una autoridad, como test de resistencia, como ritual de humillación y marca de los enemigos, como concepto de reencarnación, para aliviar ciertas conductas anómalas sexuales y, más tarde, como parte de una estrategia contra la masturbación, como prevención para varios tipos de enfermedades, como un objetivo global e individual de higiene, para tratamiento de patologías locales del pene y como profilaxis contra infecciones de trasmisión sexual y el cáncer de pene.

Su práctica se remonta ya a la época prehistórica. Se tienen abundantes testimonios de su realización en civilizaciones orientales desde muy antiguo. Parece que pueblos semíticos la realizaban hace más de 6000 años, posteriormente seguidos por los egipcios, para extenderse más tarde entre los pueblos hebreos, fenicios, sirios, cristianos, árabes y africanos. Según estimaciones actuales de la OMS cerca de un 30 % de los hombres de todo el mundo están circuncidados, la mayoría desde la infancia, lo que representa unos 670 millones de personas. De este número, un 68% profesa el islamismo, menos de un 1% el judaísmo y un 13% son americanos que no siguen ninguna de estas confesiones religiosas. Las regiones donde es más prevalente corresponden a los países musulmanes, Israel, Oriente Medio, Asia Central, Corea del Sur, EE. UU. y partes del sudeste de Asia y en África. En los países occidentales se realiza generalmente por razones de indicación médica y no por ritos religiosos. No obstante, existen distintos criterios de indicación, dependiendo de cada país, variando desde un 5 %-6 % en el Reino Unido hasta un 60 % en EE. UU. Desde hace varias décadas se ha discutido mucho sobre la oportunidad de realizar en los países avanzados la circuncisión durante el periodo neonatal, predominando la tendencia actual de ir reduciendo progresivamente el número de casos.

sábado, 23 de diciembre de 2023

El adolescente Pablo Picasso durante su estancia en A Coruña (1891-1895): Mecenazgo del Dr. Ramón Pérez Costales

Picasso en Coruña
    Ramón Pérez Costales fue un médico y político muy popular en A Coruña durante la segunda mitad del siglo XIX. Su fama llegó a extenderse más allá por haber creado el primer centro de vacunación animal y humana en Galicia contra la viruela y por ser nombrado ministro de Fomento por Pi y Margal durante la I República. También fue impulsor de múltiples iniciativas culturales y filantrópicas, y durante muchos años fue figura central del movimiento republicano en A Coruña. Su compromiso de servicio con los más necesitados le valió ser reconocido como el “médico de los pobres” a los que atendía de manera altruista. También fue un prolijo publicista escribiendo artículos de diversa índole, tanto de contenido médico como de opinión política, y tampoco tuvo reparo, aunque con menor éxito, de publicar algunos textos literarios de poesía y de teatro.

    Pérez Costales mantuvo una fuerte relación con la familia Ruiz Picasso actuando como un verdadero mecenas del adolescente Pablo Picasso durante todo el tiempo que permaneció en la ciudad herculina (1891-1895), después de que su padre, José Ruiz Blasco, obtuviera la plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes coruñesa. Costales, conocedor del potencial artístico de Pablo, le daba continuamente ánimos para que desarrollara sus aptitudes pictóricas, premiándole con dinero por las obras que aquél le pedía y consiguiendo que pudieran materializarse las primeras exposiciones públicas de las obras del jovencísimo pintor malagueño. Asimismo, tuvo que intervenir como médico de la familia del pintor en unos momentos trágicos al haber contraído la difteria Conchita, la hermana pequeña de Pablo, no siendo posible su curación falleció cuando contaba con solo siete años de edad.

lunes, 18 de diciembre de 2023

Dr. Ramón Pérez Costales mecenas de Pablo Picasso durante su estancia en A Coruña (1891-1895): Biografía de un médico polifacético

Dr. Ramón Perez Costales

        El médico Ramón Pérez Costales fue una figura de gran relevancia en la sociedad coruñesa de finales del siglo XIX. A él se debe la creación de Instituto de Vacunación contra la viruela, el primero de su tipo fundado en Galicia, así como también del Colegio Médico de A Coruña del cual fue su primer presidente. De personalidad inquieta, formó parte muy activa en la política siendo el mayor referente del republicanismo federal en A Coruña donde fue diputado de las Cortes en varias ocasiones alcanzando su mayor proyección durante la instauración de la I República en 1873. Durante la presidencia republicana de Pi y Margal fue nombrado ministro de Fomento. Con la llegada de la Restauración monárquica se fue apartando progresivamente de la política para dedicarle más tiempo a las labores filantrópicas que, por otra parte, vino desarrollando a lo largo de toda su vida. Su participación fue decisiva para la creación de varias iniciativas benéficas como una Escuela de Párvulos para niños pobres o la Cocina Económica para atención de los indigentes. Igualmente fue destacada su contribución para la creación de la Real Academia Galega en 1905. Además, también hizo incursiones en el mundo de las letras publicando libros de poemas e incluso una obra de teatro, aunque sin mucha fortuna.

                    Tuvo una estrecha amistad con la insigne escritora Emilia Pardo Bazán, a la que sirve de inspiración para la creación literaria del personaje del doctor Moragas que incluye en varias de sus novelas. En la última década del siglo, Pérez Costales se convierte en el anfitrión de la familia Ruíz Picasso cuando el padre del pintor malagueño se traslada a A Coruña para ocupar su plaza como profesor en la Escuela de Bellas Artes. La admiración que Costales siente por el talento artístico que adivina en el adolescente Pablo, hace que fomente sus actividades artísticas gratificándole económicamente por los encargos que le propone y se encarga de organizarle las primeras exposiciones públicas de sus cuadros durante su estancia en A Coruña.

domingo, 12 de marzo de 2023

Isabel Zendal Gómez: Primera enfermera de la historia en misión internacional. Su papel en la Expedición Balmis para extender la vacuna contra la viruela en los territorios españoles de Ultramar

Expedición Balmis
    Isabel Zendal Gómez fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud en el año 1950 como la primera enfermera de la historia en misión internacional por su decisiva participación en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (REFV) contra la viruela en los territorios españoles de Ultramar, también conocida como Expedición Balmis en referencia al médico que la impulsó y la dirigió, Francisco Xavier Balmis Berenguer. La viruela fue una grave enfermedad infecciosa responsable de las mayores pandemias que ha sufrido la humanidad a lo largo de la historia y causante de una elevada mortalidad. El descubrimiento de una eficaz vacuna por Edward Jenner, a finales del siglo XVIII, elaborada a partir del virus bovino y de comportamiento clínico más benigno que la variante humana, supuso un avance de considerables proporciones en la historia de la medicina. En España, la vacuna se introdujo y distribuyó muy tempranamente. La Corona española, también preocupada por los brotes que frecuentemente afectaban a sus territorios ultramarinos, decide extender las campañas de vacunación por el entonces vasto imperio español en América y Filipinas. Después de la consulta al Consejo de Indias, el rey Carlos IV promulga el 6 de junio de 1803 la aprobación de este programa de vacunación de carácter universal, sin distinción de razas ni condición social, y con financiación a cargo de fondos públicos. Este proyecto se ha considerado como la primera misión de salud pública a escala internacional realizada en la historia y supuso un hito extraordinario en beneficio de la humanidad. Por el papel realizado en esta misión, muchos autores consideran a Isabel Zendal como la primera enfermera de la historia de la medicina hispana, en el concepto moderno del término.

    A Isabel Zendal se le encomendó la tarea del cuidado y la protección, tanto en mar como en tierra, de los niños expedicionarios que portaban el virus vivo de la viruela vacuna que era inoculado por el método “brazo a brazo” de forma secuencial y progresiva de un niño a otro a modo de cadena humana para conseguir la preservación del virus y poder así garantizar su eficacia en el proceso de vacunación. La misión expedicionaria de Isabel tuvo una duración de casi 4 años y comprendió dos derroteros diferenciados. El primero comprende su salida desde A Coruña el 30 de noviembre de 1803 con llegada a Ciudad de México el 9 de agosto del año siguiente. En esta ciudad permanecerá en el Real Hospicio de Pobres al cuidado de los veintiún niños españoles expedicionarios, con edades comprendidas entre dos y nueve años. Un segundo derrotero tiene como partida Acapulco el 7 de febrero de 1805 en dirección a Manila donde llega el 15 de abril del mismo año. Al igual de lo ocurrido en México, Isabel se instaló en el Hospicio de Manila y allí también se encargó del cuidado de los veintiséis niños mexicanos participantes en la expedición, con edades entre cuatro y nueve años, a excepción de un niño que tenía 14 años. Después de más de dos años en el archipiélago filipino, la expedición retorna a Acapulco donde llegan el 14 de agosto de 1807. A pesar de las divisiones que se produjeron en la comitiva expedicionaria a lo largo del tiempo, Isabel siempre formara parte del grupo dirigido por Balmis. El precipitado regreso de éste a España desde Filipinas en septiembre de 1805, por razones de enfermedad, motivará que Isabel quede bajo la dirección delegada de Gutiérrez Robredo hasta su retorno a Nueva España.

lunes, 16 de enero de 2023

La Expedición Balmis o Real Expedición Filantrópica de la Vacuna contra la viruela en los territorios españoles de Ultramar (1803-1812): Primera misión de salud pública en la historia a escala internacional

Espedición Balmis

    La lucha contra la viruela ha sido una constante de la historia a lo largo de los siglos. El carácter contagioso de esta enfermedad vírica causante de pandemias recurrentes, de distribución universal y con alto riesgo de mortalidad y de dejar secuelas muy incapacitantes hizo que fuera una de las enfermedades más temidas de las que ha padecido la humanidad por lo que se denominó “el ángel de la muerte”. Desde la más remota antigüedad se trató de prevenirla mediante la administración a personas sanas de fluidos procedentes de pústulas o costras de enfermos infectados. Este proceso, conocido como variolización, aunque tenía eficacia en muchos casos, no estaba exento de desarrollar la enfermedad en su forma grave e incluso la muerte. Un paso decisivo fue dado por Edward Jenner quien en 1796 consiguió las primeras inmunizaciones por inoculación de linfa procedente de las pústulas de la viruela contraída por las vacas que ocasionaba una forma clínica muy benigna de la enfermedad quedando las personas inoculadas inmunizadas para siempre al contagio de la viruela humana. Desde este momento se comenzó en Europa e inmediatamente después al resto del mundo la vacunación a gran escala siguiendo el método de Jenner.

    En España pronto llegaría la vacuna comenzándose las primeras vacunaciones contra la viruela en el año 1800. Para entonces, en el vasto imperio español también se producían continuos brotes de la enfermedad que diezmaban a la población. La Corona española no era indiferente a esta situación y, más bien al contrario, se mostraba muy receptiva para resolver las continuas demandas de los gobernantes de los territorios de ultramar. Después de un proceso de deliberación del Consejo de Indias asesorado por los médicos de Cámara, el monarca español Carlos IV aprueba un ambicioso y complejo proyecto para llevar la vacuna hasta la América hispánica y Filipinas, que será conocido por el nombre de Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (REFV), una misión que precisará ser mantenida durante un período de ocho años y medio, de noviembre de 1803 a mayo de 1812, para alcanzar los objetivos propuestos. El proyecto persigue que la vacuna se distribuya por todos los territorios a la mayor población posible, se administre de forma totalmente gratuita a cargo del erario público y tenga carácter universal sin distinciones de raza, sexo ni condición económica ni social.

lunes, 4 de julio de 2022

Cáncer de escroto de los deshollinadores. Primer cáncer ocupacional reportado en la historia por Percivall Pott en 1775

Percivall Pott
                El cirujano inglés Percivall Pott comunicó en 1775 por primera vez el origen causal de un cáncer con una ocupación al probar la relación existente entre el cáncer de escroto con el ejercicio de la profesión de deshollinador, atribuyendo el desarrollo del tumor al contacto prolongado con el hollín de las chimeneas, que se acumulaba en los pliegues de la piel del escroto, y agravado por la falta de aseo que frecuentemente se daba entre estos profesionales, asegurando que la higiene y los cambios frecuentes de ropa podrían prevenir la enfermedad. Esta observación suponía la primera descripción en la historia de un agente cancerígeno ambiental y la primera referencia a la existencia de una enfermedad profesional, lo que sería el punto de partida para el establecimiento de normativas laborales para la prevención de enfermedades ocupacionales. Este estudio, muy innovador para la época, abrió el camino a la investigación en el campo de la carcinogénesis experimental.

               Los pacientes descritos por Pott que estaban afectados por el cáncer escrotal eran generalmente jóvenes, con edades comprendidas entre los 30 y 40 años, y que trabajaban o habían trabajado como deshollinadores. En la Inglaterra del siglo XVIII, para las labores de limpieza de las chimeneas se utilizaban habitualmente niños porque su menor corpulencia facilitaba el acceso al interior de las mismas. Con frecuencia estos niños realizaban el trabajo desnudos o semidesnudos por lo que impregnaban todo su cuerpo con el hollín contenido en los conductos. El hecho de que el tumor se presentaba después de la pubertad hacía sospechar que debía pasar cierto tiempo desde la exposición al hollín y el desarrollo de la enfermedad, en lo que hoy se denomina período de latencia. Henry Butlin en 1892 llamó la atención sobre la baja frecuencia de este cáncer entre los deshollinadores de otros países europeos, lo que atribuía a unas mejores medidas preventivas respecto a los deshollinadores británicos, al estar provistos de ropajes ceñidos que cubrían enteramente el cuerpo, de la cabeza a los pies, lo cual evitaba que el hollín entrase en contacto con la piel.

martes, 5 de abril de 2022

Santos protectores de las enfermedades de riñón, vías urinarias y venéreas en la iglesia cristiana: San Liborio. San Zoilo. San Fiacro

San Liborio

                En el campo de las enfermedades génitourinarias, la iglesia cristiana ha invocado a una serie de santos protectores, especialmente para la litiasis urinaria y trastornos de la micción. El santo más reconocido ha sido San Liborio de Le Mans, abogado de los dolores de ijada, cálculos en los riñones y mal de orina, pero también se han atribuido intercesiones sanadoras a otros santos como Santa Margarita de Antioquía contra las enfermedades de los riñones; San Blas como protector de las enfermedades de la vejiga y de la orina; San Benito, San Emiliano y San Apolinar de Rávena contra los cálculos urinarios; y San Vito de Lucania como protector de la incontinencia urinaria.

               Para las enfermedades venéreas no existe un santo protector determinado, seguramente por su consideración de enfermedad indigna por la iglesia, aunque posiblemente San Fiacro sea el más venerado para esta finalidad. También son invocados contra las enfermedades de transmisión sexual San Bricio, San Jorge, San Roque, San Jacobo, San Dionisio y San Apolinar de Rávena. Mención especial merece el santo cordobés San Zoilo como protector de las enfermedades renales a causa de su martirio incluyendo la extracción de sus riñones.

viernes, 25 de marzo de 2022

Santos patronos de la Medicina y la Cirugía en la iglesia cristiana: San Lucas. San Cosme y San Damián. San Pantaleón

Santos Patronos Iglesia Cristiana
                En tiempos pretéritos donde las posibilidades de curación de las enfermedades por asistencia médica estaban limitadas por la falta de conocimiento suficiente acerca de los mecanismos que estaban implicados en el desarrollo de las dolencias y, por tanto, también de cuáles deberían ser los remedios apropiados para su tratamiento, las creencias religiosas adquieren un especial protagonismo y el enfermo creyente va a recurrir a la mediación de poderes sobrenaturales para buscar su curación. De hecho, tanto las principales causas de enfermedad como los tratamientos exitosos más celebrados van a ser atribuidos a actuaciones divinas. En este contexto, van a surgir en la Iglesia cristiana los santos intermediadores entre Dios y los hombres para la concesión de una sanación milagrosa. Esta intercesión podía ser realizada mediante una oración, una ofrenda o una peregrinación, pero también mediante la devoción de una imagen o la adquisición de una reliquia. En algunos casos, se consideraba ya suficiente una declaración firme del creyente en su intención de curar. Así surgieron los santos patronos que se especializaron en distintas enfermedades o dolencias concretas.

               La iglesia cristiana declara a un santo como patrono cuando actúa como defensor, protector o amparador de un pueblo o una congregación religiosa o civil. En el campo de la medicina, existen varios santos y santas que tienen este rol y cuyo conocimiento es de interés no solamente religioso sino también médico y cultural. Si bien quedan definidos unos santos específicos como protectores de alguna determinada enfermedad o dolencia, en el credo cristiano se considera que cualquiera que sea el santo de devoción del creyente, éste puede igualmente interceder para protegerle de cualquier enfermedad. El poder curativo atribuido a los santos patronos podía ser solicitado en cualquier lugar dentro de la iglesia, pero en algunas regiones determinados santos eran particularmente venerados, sobre todo por su vinculación histórica a la localidad o porque en estos lugares se encontraban algunas de sus reliquias. De los primeros santos del cristianismo sólo se conocen algunos datos por la historia y sobre todo a través de la leyenda y, por lo tanto, es difícil determinar qué hay de cierto y fabulación en el relato. No obstante, en la actualidad se ha reducido mucho el ritual de la invocación de los santos para su intercesión en la cura de enfermedades debido al gran desarrollo que ha experimentado la medicina y la cirugía en los últimos siglos lo que ha posibilitado un tratamiento racional y efectivo de las enfermedades basado en el conocimiento científico.

martes, 22 de febrero de 2022

El doctor Romano. Especialista e instructor real para el tratamiento del mal de retención de orina en la Corte de Felipe II. Su visita a Galicia en 1565 y 1566

Cirugía en España en siglo XVI
              El tratamiento instrumental y quirúrgico de las enfermedades urológicas, hasta la segunda mitad del siglo XVIII, estaba casi por completo en manos de cirujanos empíricos, llamados también romancistas por su desconocimiento de la lengua latina, quienes, a pesar de no tener ninguna formación académica, solían estar dotados de una gran habilidad. Los padecimientos urológicos que atendían comprendían las disfunciones de la micción y la retención de orina ocasionadas por la litiasis vesical, la estenosis de uretra o por la hipertrofia prostática.

      Los cirujanos empíricos aprendían su oficio de forma artesanal por transmisión directa desde sus instructores o maestros, en que no pocas veces actuaban como tales sus propios padres u otros parientes, precisando completar un período de tiempo variable como ayudantes de los mismos. Los empíricos especializados en patología urogenital tenían como práctica más habitual el tratamiento del mal de retención de orina que resolvían mediante el sondaje evacuador y la dilatación de la uretra usando diverso instrumental como sondas, juncos, hilos metálicos o bujías. También ejercían la práctica de la talla vesical para la extracción de cálculos de la vejiga. Esta técnica, de mayor complejidad y no exenta de graves complicaciones, tenía un uso más restringido y su ejecución solamente estaba al alcance de unos pocos empíricos, a los que se conocía con el nombre de tallistas o litotomistas.

jueves, 30 de diciembre de 2021

Enrique IV de Trastámara (1425-1474), llamado El Impotente. La disfunción eréctil que facilitó la sucesión al trono de Castilla de su hermanastra Isabel la Católica

Enrique IV el Impotente

             Enrique IV de Castilla nació en Valladolid el 5 de enero de 1425. Era hijo de Juan II de Castilla y de la prima hermana de éste María de Aragón, hija del rey Juan II de Aragón, y hermano paterno de Isabel, que se proclamó reina a su muerte, y de Alfonso, que le disputó el trono en vida. Fue rey de Castilla durante un periodo de veinte años, desde 1454 hasta su muerte en 1474. Por algunos historiadores se le dio el apelativo de El Impotente debido a las continuas alusiones realizadas en vida sobre esta condición y la discutida paternidad de su hija Juana. También fue acusado de homosexual y voyerista, aunque en aquel entonces eran habituales estos calificativos entre nobles y reyes en un intento de desprestigiar a rivales y enemigos. Por ello es difícil desentrañar que parte fue realidad y que parte fueron rumores vertidos por sus numerosos y poderosos enemigos políticos, que aprovecharon la existencia de una posible enfermedad subyacente del monarca para erosionar su imagen y lograr cambiar la línea sucesoria.

            Fue uno de los monarcas más controvertidos del periodo inmediatamente anterior a la edad moderna. Su dificultad para procrear, sus numerosos conflictos con la nobleza y el hecho de que se rodeara de favoritos, a los que colmó de favores y prebendas, convirtieron a Enrique IV en un rey entre sombras que llegó a ser, incluso, desposeído temporalmente de su corona. Su prolongado reinado estuvo marcado por sus limitadas cualidades como regente y por la gran oposición que encontró dentro de las filas de la nobleza más poderosa de su reino, lo cual provocó un clima de inestabilidad política que desembocó en una sucesión de levantamientos armados de distintas facciones nobiliarias contra la autoridad del rey. No menos importante fue para Enrique IV mantener el difícil equilibrio entre los diferentes reinos hispánicos -Castilla, Aragón, Navarra y Portugal- que generaban permanentes tensiones y conflictos bélicos que apenas podían soslayarse con políticas de matrimonios entre las familias reales y de alianzas comunes para conseguir la ansiada victoria final sobre los musulmanes, reducidos en este momento histórico al reino nazarí de Granada, después de un largo y agotador proceso de reconquista.