Los pacientes descritos por Pott que
estaban afectados por el cáncer escrotal eran generalmente jóvenes, con edades
comprendidas entre los 30 y 40 años, y que trabajaban o habían trabajado como
deshollinadores. En la Inglaterra del siglo XVIII, para las labores de
limpieza de las chimeneas se utilizaban habitualmente niños porque su menor
corpulencia facilitaba el acceso al interior de las mismas. Con frecuencia
estos niños realizaban el trabajo desnudos o semidesnudos por lo que
impregnaban todo su cuerpo con el hollín contenido en los conductos. El hecho
de que el tumor se presentaba después de la pubertad hacía sospechar que debía
pasar cierto tiempo desde la exposición al hollín y el desarrollo de la
enfermedad, en lo que hoy se denomina período de latencia. Henry Butlin en 1892
llamó la atención sobre la baja frecuencia de este cáncer entre los
deshollinadores de otros países europeos, lo que atribuía a unas mejores
medidas preventivas respecto a los deshollinadores británicos, al estar
provistos de ropajes ceñidos que cubrían enteramente el cuerpo, de la cabeza a
los pies, lo cual evitaba que el hollín entrase en contacto con la piel.