martes, 22 de febrero de 2022

El doctor Romano. Especialista e instructor real para el tratamiento del mal de retención de orina en la Corte de Felipe II. Su visita a Galicia en 1565 y 1566

Cirugía en España en siglo XVI
              El tratamiento instrumental y quirúrgico de las enfermedades urológicas, hasta la segunda mitad del siglo XVIII, estaba casi por completo en manos de cirujanos empíricos, llamados también romancistas por su desconocimiento de la lengua latina, quienes, a pesar de no tener ninguna formación académica, solían estar dotados de una gran habilidad. Los padecimientos urológicos que atendían comprendían las disfunciones de la micción y la retención de orina ocasionadas por la litiasis vesical, la estenosis de uretra o por la hipertrofia prostática.

      Los cirujanos empíricos aprendían su oficio de forma artesanal por transmisión directa desde sus instructores o maestros, en que no pocas veces actuaban como tales sus propios padres u otros parientes, precisando completar un período de tiempo variable como ayudantes de los mismos. Los empíricos especializados en patología urogenital tenían como práctica más habitual el tratamiento del mal de retención de orina que resolvían mediante el sondaje evacuador y la dilatación de la uretra usando diverso instrumental como sondas, juncos, hilos metálicos o bujías. También ejercían la práctica de la talla vesical para la extracción de cálculos de la vejiga. Esta técnica, de mayor complejidad y no exenta de graves complicaciones, tenía un uso más restringido y su ejecución solamente estaba al alcance de unos pocos empíricos, a los que se conocía con el nombre de tallistas o litotomistas.