viernes, 18 de septiembre de 2020

Enrique Lluria Despau (1863-1925), urólogo y humanista. Su matrimonio con la intelectual feminista María Vinyals Ferrés y fundación de un sanatorio en el castillo de Soutomaior (Pontevedra) en 1911

            

Urología en Galicia
      Enrique Florencio Lluria Despau fue un prestigioso médico que se especializó en Urología, pero a su vez mantuvo una destacada actividad humanística que le condujo al compromiso político llegando a ingresar en el Partido Socialista Obrero Español y a publicar libros conteniendo reflexiones filosóficas sobre cuestiones sociológicas y del desarrollo futuro de la humanidad. Esta doble condición de ejercicio personal fue definida por él mismo como estar “entregado como médico al alivio del dolor ajeno, y como hombre de estudio ocupándome del problema social”. También cabe destacar su marcado espíritu emprendedor que le llevó a realizar proyectos como reformas urbanísticas, promoción del turismo termal, creación de servicios balnearios, explotaciones agrarias y fundación de sanatorios. Tuvo una vida muy intensa tanto en lo profesional como en lo social pasando por distintas ciudades a lo largo de su vida: Matanzas; Barcelona, París, Madrid, Soutomaior (Pontevedra), nuevamente Madrid, La Habana y Cienfuegos. Su prestigio como urólogo y su reconocimiento como intelectual le permitió introducirse en las esferas más altas de la sociedad y de la aristocracia española, así como compartir de la amistad de notables figuras de la ciencia, política, arte y cultura.

          Enrique nace en Matanzas (Cuba) el 23 de febrero de 1863. Sus padres, el farmacéutico Enrique Lluria Pujadas y Teresa Despau Morejón, provienen de una familia de ascendencia catalana. Su abuelo paterno había fundado un astillero en la localidad cubana de Virgen Morena dedicándose al comercio del cabotaje. Enrique realiza el bachillerato en Barcelona y regresado a Cuba inicia sus estudios de Medicina en 1879 en la Universidad de La Habana pero los continúa en la Universidad de Barcelona, financiado por su tío Francisco de Paula Lluria, consiguiendo la licenciatura en 1888 con la tesis de grado titulada “Antisepsia de las vías urinarias”.

lunes, 8 de junio de 2020

La cirugía urológica en Galicia durante el siglo XIX

              
Siglo XIX
         El siglo XIX será un siglo de decadencia para España con inestabilidad política, guerras civiles, declive económico, pérdida de las colonias americanas y decadencia económica que van a tener una proyección negativa en todos los ámbitos de la sociedad. La descoordinación y continuos cambios en las políticas sanitarias serán un obstáculo para que se llevan a cabo las reformas que España necesita. En medio de este panorama, otros países europeos occidentales progresan y lideran el desarrollo del conocimiento médico. La cirugía, de forma particular, va a experimentar un avance espectacular con la aparición de la anestesia a mitad del siglo y, un poco más adelante, de la antisepsia. La desaparición del dolor y el menor número de complicaciones infecciosas, que eran causa de una notable morbimortalidad, va a posibilitar un mayor número de indicaciones para la cirugía, serán posible realizar abordajes de mayor grado de complejidad y van a mejorar los resultados. En este siglo, la cirugía va a experimentar un extraordinario crecimiento como especialidad y rápidamente va a alcanzar una relevancia hasta entonces desconocida. Se va a dignificar definitivamente la figura del cirujano, que debe obtener el correspondiente título en las Facultades de Medicina o Colegios de Cirugía para la homologación de su ejercicio profesional, y con ello irán desapareciendo a lo largo del siglo los cirujanos practicantes y sangradores que carecen de esta formación universitaria.

               En Galicia, será la ciudad de Santiago de Compostela la que lidere, de forma casi exclusiva, estos profundos cambios en el progreso de la cirugía. Durante buena parte del siglo XIX, Santiago es probablemente la más importante ciudad de la región galaica por su alto número de población y por ser centro administrativo, eclesiástico, universitario y cultural de toda Galicia. La existencia de una Facultad de Medicina, compuesta por prestigiosos profesores de cirugía, y del Hospital Real, con unas magníficas instalaciones y dotación, posibilitarán el desarrollo que la cirugía precisa en ese momento. Fuera de Santiago, solamente Ferrol y A Coruña pueden tener alguna actividad quirúrgica de cierta relevancia por existir en estas ciudades hospitales militares destinados a atender las demandas de la Armada y del Ejército, y que cuentan con recursos económicos y cirujanos bien formados, muchos de ellos en alguno de los prestigiosos Reales Colegios de Cirugía de Madrid, Barcelona o Cádiz.

viernes, 15 de mayo de 2020

James Batcheller Sumner (1887-1955) premio Nobel de Química por aislar y cristalizar por primera vez una enzima, la ureasa, demostrando además la naturaleza proteica de las enzimas


Premio Nobel         A finales del siglo XIX quedó demostrado que los procesos bioquímicos no requerían necesariamente de la presencia de células vivas, sino que eran producidos por unas sustancias especiales formadas en las células que recibieron la denominación de enzimas. Fue Eduard Büchner quien en 1897 comprobó que la fermentación alcohólica de los azúcares se producía usando solamente un extracto de levadura Saccharomyces libre de células vivas y, por tanto, dedujo que en este extracto existía la sustancia catalizadora y que hoy sabemos es una mezcla compleja de enzimas llamadas zimasas. Por este descubrimiento de gran transcendencia se le concedió el premio Nobel de Química en 1907.

  También se demostró que, además de la fermentación, otros procesos biológicos como la combustión y la respiración celular, el metabolismo de las proteínas, lípidos y carbohidratos, y otras muchas reacciones bioquímicas que se producen en la célula viva podían ser reproducidas en un tubo de ensayo sin la intervención de las células. Pero esto sólo era posible si se añadían extractos celulares a la solución en el tubo de ensayo. Estos principios activos desconocidos, llamados enzimas o fermentos, se convirtieron en uno de los principales problemas de investigación durante las primeras décadas del pasado siglo para conocer su composición y sus efectos. El desafío consistía en poder encontrar métodos para el aislamiento de las formas puras de estas enzimas y determinar su composición química. Se suponía que eran sustancias con una estructura química compleja y con una presencia cuantitativa mínima en las células.

miércoles, 18 de marzo de 2020

La cirugía urológica en España durante el siglo XIX. El desarrollo de la técnica quirúrgica y el nacimiento de las especialidades



Siglo XIX      En el siglo XIX, el estudio y conocimiento de las enfermedades dejó de estar bajo el criterio de la autoridad de un autor o una escuela para empezar a basarse en unos supuestos conceptuales y metodológicos objetivos admitidos por la mayoría de la comunidad médica. A lo largo del siglo se pueden distinguir dos etapas perfectamente diferenciadas. En una primera etapa, llamada medicina hospitalaria, la anatomía patología se convirtió en el centro de atención donde se relacionaba de forma sistemática la observación clínica recogida en los enfermos y las lesiones anatómicas o estructurales presentes en las necropsias. En una segunda etapa, llamada medicina de laboratorio, se intentó dar explicación científica a las enfermedades como trastornos dinámicos del cuerpo humano basándose en las ciencias básicas como la biología, la química y la física en contraposición al criterio anatomopatológico de la etapa anterior.

      Durante el siglo XIX, la cirugía va a experimentar un gran desarrollo debido fundamentalmente a la aparición, a mediados del siglo, de la anestesia y después de la antisepsia. El control del dolor durante el procedimiento quirúrgico y la reducción de las complicaciones infecciosas permitirá aumentar el número de indicaciones quirúrgicas, reducir la morbimortalidad y afrontar intervenciones de mayor grado de complejidad que no habían sido posible de realizar con anterioridad.

sábado, 15 de febrero de 2020

El curioso caso de un paciente con atrofia testicular bilateral presentado en la Real Academia Nacional de Medicina el 5 de junio de 1832 por Gregorio Mon y Pardo, médico ejerciente en Mondoñedo (Lugo)


Galicia siglo XIX     Con fecha del 5 de junio de 1832, el médico Gregorio Mon y Pardo ejerciente en la ciudad de Mondoñedo, provincia de Lugo, presenta un manuscrito dirigido a la Real Academia de Medicina y Cirugía de Madrid, actualmente llamada Real Academia Nacional de Medicina, sobre un caso de un paciente varón de 21 años de edad afecto de una atrofia testicular bilateral y que, debido a las peculiaridades del caso, considera el autor que reúne los requisitos suficientes para que figure en el archivo de dicha Academia además de poder ser presentado en una de las sesiones que la corporación médica celebra de forma periódica.

     El manuscrito consta de quince páginas y está escrito en una impecable caligrafía. En las tres primeras páginas el autor señala, a modo de introducción, las peculiaridades extraordinarias que, a su entender, presenta el caso por lo que estima deba ser tenido en cuenta por los miembros de la Academia para su exposición pública y archivo documental, dándole la oportunidad así de poder ser sometido al sabio juicio de los respetables académicos según él mismo manifiesta.

     Con posterioridad, este trabajo fue publicado en la revista Gaceta Médica (nº 165, año V, página 161, 30 de julio de 1849).