viernes, 15 de mayo de 2020

James Batcheller Sumner (1887-1955) premio Nobel de Química por aislar y cristalizar por primera vez una enzima, la ureasa, demostrando además la naturaleza proteica de las enzimas


Premio Nobel         A finales del siglo XIX quedó demostrado que los procesos bioquímicos no requerían necesariamente de la presencia de células vivas, sino que eran producidos por unas sustancias especiales formadas en las células que recibieron la denominación de enzimas. Fue Eduard Büchner quien en 1897 comprobó que la fermentación alcohólica de los azúcares se producía usando solamente un extracto de levadura Saccharomyces libre de células vivas y, por tanto, dedujo que en este extracto existía la sustancia catalizadora y que hoy sabemos es una mezcla compleja de enzimas llamadas zimasas. Por este descubrimiento de gran transcendencia se le concedió el premio Nobel de Química en 1907.

  También se demostró que, además de la fermentación, otros procesos biológicos como la combustión y la respiración celular, el metabolismo de las proteínas, lípidos y carbohidratos, y otras muchas reacciones bioquímicas que se producen en la célula viva podían ser reproducidas en un tubo de ensayo sin la intervención de las células. Pero esto sólo era posible si se añadían extractos celulares a la solución en el tubo de ensayo. Estos principios activos desconocidos, llamados enzimas o fermentos, se convirtieron en uno de los principales problemas de investigación durante las primeras décadas del pasado siglo para conocer su composición y sus efectos. El desafío consistía en poder encontrar métodos para el aislamiento de las formas puras de estas enzimas y determinar su composición química. Se suponía que eran sustancias con una estructura química compleja y con una presencia cuantitativa mínima en las células.