Los pasados días 8 y 9 de marzo
de 2012 se celebró en Valladolid la XXIII Reunión Nacional de los Grupos de
Litiasis y de Endourología, Laparoscopia y Robótica con sede en el AC Hotel
Palacio Santa Ana, antiguo convento de la Orden de los Jerónimos construido en
el siglo XVIII, y que contó con la presencia de una cifra superior a 400
asistentes. La organización estuvo a cargo del Dr. Amón (Hospital Universitario
Río-Hortega de Valladolid) y los coordinadores nacionales de Litiasis (Dr.
Galán) y Endourología, Laparoscopia y Robótica (Dr. Serrano).
En el apartado del Rincón del
Residente intervinieron los Dres. Ciudin, Casas y Simón. Se abordó el
tratamiento del cólico renal, indicando la derivación urinaria (nefrostomía
percutánea o catéter ureteral doble-J) cuando la litiasis se asocia a
obstrucción de la vía significativa y/o presencia de infección urinaria
concomitante. La litotricia extracorpórea y la cirugía endourológica
actualmente no son técnicas de tratamiento inicial del cálculo en obstrucción
aguda sino que deben ser consideradas con posterioridad a la estabilización
clínica del paciente.
En un Cara a Cara sobre accesos
percutáneos y RIRS, moderado por el Dr. López, el Dr. Cepeda y el Dr. Breda
expusieron sus puntos de vista. El RIRs es probablemente el mayor avance
quirúrgico en los últimos años para el abordaje intrarrenal de determinadas
patologías. En algunos casos el RIRS compite como alternativa a la cirugía
percutánea para el tratamiento de tumores o litiasis en pelvis o cálices. Pero
también se convierte en un excelente aliado en el abordaje combinado con el
acceso percutáneo en litiasis renales complejas.
En otro Cara a Cara, moderado por
el Dr. Pascual, se enfrentaron el abordaje laparoscópico trasperitoneal al
retroperitoneal, defendiendo el Dr. Álvarez-Osorio y Dr. Prera respectivamente
su posición. En España, como en el resto del mundo, el abordaje transperitoneal
se ha convertido en el preferido por la mayoría de los urólogos, aunque no hay
que dejar de considerar las posibilidades que nos brinda la
retroperitoneoscopia, para algunos considerada la vía de abordaje genuinamente
urológica, que puede ser menos invasiva aunque el pequeño espacio de trabajo
dificulta las maniobras quirúrgicas.
En un tercer Cara a Cara,
moderado por el Dr. Rioja, se confrontaron la laparoscopia convencional (Dr.
Rosales) con el NOTES-Puerto Único (Dr. Alcaraz). El nuevo diseño y la mayor
versatilidad del utillaje laparoscópico ha facilitado el abordaje en puerto
único transumbilical con la ventaja de una menor invasividad de la técnica. En
la mujer, la posibilidad de abordaje a través de la vagina es ya una realidad
incuestionable.
Como invitado especial a la
Reunión participó Christian Chaussy, profesor de Urología de la Universidad de
Munich, disertando su exposición sobre la optimización de la litotricia.
Comenzó diciendo que los litotriptores de segunda y tercera generación no han
logrado superar los resultados del HM3 inmodificado, pero reconociendo las
mejoras técnicas que facilitan su manejo y también la reducción de costes. Por
otra parte, los avances en cirugía endoscópica para el tratamiento de la
litiasis (NLP, URS, RIRS, Laparoscopia) no han conseguido desplazar
definitivamente a la LEOC ,
que era indicada en el 95% de los casos a principios de los años 80 pasando al
75% en la última década. La LEOC
estaría indicada para cálculos de hasta 20 mm . En riñón, los resultados son peores para
cálculos en cáliz inferior con un ángulo infundibulopélvico inferior a 70º, una
longitud del infundíbulo superior a 30 mm y un ancho del infundíbulo inferior a 4 mm . En uréter existe
controversia entre LEOC y URS. La medición de unidades Hounsfield en TC puede
ayudar a conocer la composición del cálculo. Los de brushita y cistina son los
más resistentes a la LEOC. La
distancia piel-cálculo superior a 10
cm ofrece peores resultados. Se puede mejorar usando
sistemas de compresión abdominal y colocando el cabezal por encima de la mesa.
La compresión abdominal es muy recomendable en todos los casos porque sirve
para fijar la posición del cálculo, mejorando los resultados, y además reduce
los efectos secundarios.
Para Chaussy el litotriptor ideal
sería aquel que estuviese basado en un sistema electrohidráulico, con onda de
choque de punto focal amplio, alta penetración y rango de energía elevado.
Mejor sistemas de localización duales (radioscopia/ultrasonido) para reducir el
número de ondas fallidas. Otra mejora sería incorporar sistemas de emisión de
ondas de choque flexibles para evitar obstáculos como el hueso. Los couplings
deberían adaptarse a todo tipo de situaciones para conseguir un total
acoplamiento con la superficie cutánea del paciente. Se debe usar gel para
ultrasonidos, por su baja viscosidad, evitando la formación de burbujas. La
posición de prono debería ser evitada en lo posible. Son deseables
litotriptores multifuncionales que permiten realizar procedimientos
endoscópicos y además pueden ser usados para litotricia por litiasis y también
para patología ortopédica. Todo esto puede ser posible sin que suponga un
aumento considerable de los costes. El foco de emisión de ondas cuanto mayor es
más efectivo y menos lesivo. El aumento progresivo de la energía de emisión de
ondas durante el procedimiento es mandatario. La energía de emisión es el
factor más determinante para la fragmentación del cálculo, pero a la vez
produce más daño renal. El uso de elipsoides, doble emisión de ondas de choque
y la modificación del cabezal (lentes, sistemas de refrigeración) pueden
minimizar el impacto lesivo. La emisión de ondas a baja frecuencia (60 por
minuto) son más efectivas y menos dañinas. El número de ondas de choque por
sesión no debe ser elevado ante la posibilidad de daño renal. Por último, no
parece que la litotricia induzca hipertensión ni diabetes mellitus a largo
plazo.
El Profesor Chaussy ha sido
propuesto recientemente por la Asociación
Europea de Urología para la candidatura a Premio Nobel de
Medicina y Fisiología. Su contribución al nacimiento de la litotricia
extracorpórea y a otros avances como el HIFU, son motivos más que
sobresalientes para merecer el prestigioso premio que otorga la academia sueca.
En la Asamblea de los Grupos se
procedió a la renovación de los nuevos coordinadores nacionales, resultado
elegido el Dr. Reina (Hospital de Valme de Sevilla) como coordinador de
Litiasis, y el Dr. Álvarez-Osorio (Hospital Puerta del Mar de Cádiz) como
coordinador de Endourología, Laparoscopia y Robótica. A ambos le deseamos la
mayor suerte en su nuevo cometido.
En el curso de la Reunión tuve la
ocasión de presentar la comunicación SÍNDROME METABÓLICO Y LITIASIS URINARIA DE
ÁCIDO ÚRICO. El síndrome metabólico se define por la presencia de obesidad
abdominal, descenso de HDL-colesterol, hipertrigliceremia, HTA y/o
hiperglucemia, factores que tienen marcado riesgo de enfermedad cardiovascular.
Su prevalencia va en aumento (24% de población en España), su frecuencia se
incrementa con la edad, y se considera secundario a un aumento de la
resistencia a insulina. Se ha establecido una relación entre este síndrome y la
mayor predisposición a formar cálculos de ácido úrico. El factor litogénico
implicado parece ser la acidez urinaria como efecto al aumento de resistencia a
insulina. En nuestro trabajo se estudia la frecuencia observada de síndrome
metabólico en una serie de pacientes con litiasis úrica. Es un estudio
prospectivo que incluye a 71 pacientes diagnosticados de litiasis úrica, 46
varones y 25 mujeres, edad media 62,4 años (rango 40-86 años), 56 con litiasis
recurrente, 30 con afectación bilateral, 63 con localización renal del cálculo,
45 ureteral y 2 en vejiga. Todos recibieron tratamiento médico
disolvente/profiláctico y 44 se sometieron a procedimientos invasivos (24
derivación urinaria, 29 LEOCH y 4 cirugía endoscópica). El diagnóstico de
síndrome metabólico se establece de acuerdo con los criterios establecidos por
el National Cholesterol Education Program – Adult Treatment Panel III (NCEP-ATP
III, 2001), donde deben existir tres o más factores. Se observó descenso de
HDL-colesterol en 59 pacientes (83,1%), obesidad abdominal en 48 (67,8%), HTA
en 46 (64,8%), hipertrigliceremia en 39 (54,9%) e hiperglucemia en 31 (43,7%).
Cumplían criterios de síndrome metabólico 49 pacientes (69,0%), 20 con 3
criterios, 17 con 4 y 12 con 5. Con respecto al sexo, la asociación a síndrome
metabólico fue mayor en mujeres que varones (p 0,04), pero sin diferencias
significativas respecto a cada factor del síndrome metabólico por separado. En
conclusión, se observó una relación marcada entre litiasis úrica y síndrome
metabólico, muy por encima de la frecuencia de síndrome metabólico referida
para la población española, y está relación se daba también en cada uno de los
factores que constituyen el síndrome asimismo mayor que su frecuencia
poblacional en España.
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