
El Instituto Nacional de la Salud de EEUU (NIH) promovió en 1995 la clasificación de las prostatitis en cuatro categorías, siendo actualmente la más aceptada. Tipo I. Prostatitis aguda bacteriana: Es la infección aguda de la próstata. Tipo II. Prostatitis crónica bacteriana: Es la infección recurrente de la próstata. Tipo III. Prostatitis crónica abacteriana (también denominada Síndrome de dolor pelviano crónico): No existe infección clínica ni analíticamente demostrable. Este tipo se subdivide en otros dos, en relación con la presencia de alteraciones en las secreciones prostáticas: Tipo IIIa (Prostatitis crónica abacteriana inflamatoria) que se caracteriza por la presencia de leucocitos en el semen, secreción prostática o en la orina emitida después del masaje prostático, pero sin la presencia de bacterias. Tipo IIIb (Prostatitis crónica abacteriana no inflamatoria) donde no existe evidencia de inflamación en estas secreciones. Tipo IV. Prostatitis crónica asintomática: No existe sintomatología pero se observan leucocitos en las secreciones prostáticas o en el tejido prostático. Este tipo se detecta por cirugía o biopsia de próstata realizada por otro motivo.